Tribulaciones de un alcohólico con mala leche

jueves, abril 12, 2007

Visiones Malignas. La vida de los otros.


Aleccionado por dos críticas muy buenas hacia la película y, porqué no decirlo, por haber ganado el oscar a la mejor película extranjera, me decidí por ir a ver La vida de los otros. La acción se sustenta sobre tres personajes principales, que transitan en el escenario opresivo y rancio que conformaba la Alemania del Este previa a la caída del muro de Berlín. Estos tres personajes se mueven en vidas muy distintas entre sí, y están unidos por la misma integridad con la que sobrellevan sus vidas.

En primer lugar tenemos a Hauptmann Gerd Wiesler, un capitán de la Stasi (policía secreta de la RDA) que desempeña su labor de forma intachable y con la convicción de hacer lo correcto, hasta que le ordenan espiar a un literato de reconocido prestigio, Georg Dreyman, que goza de una posición de privilegio y respeto pero está dispuesto a renunciar a su libertad para denunciar el alto número de suicidios provocados por el régimen totalitario. En último lugar está la novia de Dreyman, Christa-Maria Sieland, que se verá sometida a los deseos sexuales de un alto cargo del gobierno.

La dirección del debutante Florian Henckel von Donnersmarck es pausada, impone un ritmo lento a través del cual va mostrando los pequeños detalles que provocan la evolución de los distintos personajes, y sobre todo en el caso de Wiesler, nos ayuda a entender porqué se comporta como lo hace. Utiliza la cámara de tal forma que no nos damos cuenta de que está ahí, y el relato transcurre con toda naturalidad y sencillez, sin tratar de ocultar nada al espectador ni recurrir a retorcidos vuelcos de guión que normalmente no hacen sino subestimar la inteligencia del público.

Tanto los decorados como el vestuario consiguen recrear con gran fidelidad una época negra segada por la falta de libertad y la represión y donde era habitual espiar a cualquier persona sospechosa de ir contra el régimen.

La vida de los otros es una de las películas más impactantes del año, pese a que todo en ella es de una sobriedad exquisita. La sensibilidad poética con que se acerca a los personajes, la recuperación de unos hechos que se nos antojan tan inverosímiles pese a su cercanía en el tiempo, y un final de gran belleza hacen de La vida de los otros una razón por la cual aferrarse a la esperanza cuando ya no quede nada.

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